Hay una pequeña esfera
que se desnuda blanca
en el cielo,
es un verso de majestuoso silenciar,
se deja mirar,
cómplice del desvelo
se adueña de la flaqueza,
parece una boca sin dientes,
se traga el titubeo,
se traga el desaliento,
sólo el zumbido de una mosca
hace que la nombre, luna.
Luna, compañera muda
que escribe con la luz de sus ojos,
lo que yo no logro con palabras.
Imagino su brillo en el ayer dormido,
mientras se despide con un beso.
Consuelo Jimenez, poeta nacida en Barcelona , 1961