
La luz siniestra y erizada desgarra sin piedad
años podridos, gestos derrotados,
muerde el bastardo corazón la dicha.
La luz amarillenta, vívida, cruel,
chapotea en retocadas y evidentes pinturas,
abre ojos sin fondo apagados de rímel,
palpa gastadas fosas en la nariz alerta.
Mirada sin piedad, esto le queda
mientras sueña una carta de ningún amor
y un vaso espera la noche como un cuervo.
Elegida de las musas, actriz por vocación o por estómago,
terso estómago de la primera adolescencia,
ahora contempla sueños, lee imaginadas sílabas,
derrumbados telones, telas de araña en la pared neutral y
desalmada.
Amor, amor, amor como olvidada lluvia,
caballo blanco y ciego frente a las olas
que golpean, que muerden el pasado,
recubren de nostalgia, dibujan una mano aún ávida.
Sí, amor y aquel sexo y su esponja de gozo,
y las luces y trajes y aplausos derramados.
Cada hora contada, repasada cual un sin fin monólogo
de acuciante alegría y obstinada esperanza,
vuelve esta noche al remoto escenario;
mas vacío el teatro, silencioso y en calma,
no es símbolo de muerte o de casa desierta
sino tan sólo arma de alguna flor ajada
o húmedo bostezo donde nada se encierra.
Terminó la lectura, la carta gris
con estéril soberbia agotada hasta el fin
y cerrada con furia como un féretro hueco.
Ya nada queda: sombra sin brillo,
fulgor opaco de lo que fue belleza y, sin fuerza,
una lágrima sola que resbala y gotea por el ruin maquillaje,
por la burda careta que la envuelve y la empuja,
que la toma y la lleva, apariencia sin rostro,
por el campo más árido de la vida ya muerta.
Juan Luis Panero, (Madrid, 1942-Gerona, 2013). Fue hijo del poeta Leopoldo Panero (1909-1962) y de la escritora Felicidad Blanc (1913-1990), hermano del poeta Leopoldo María Panero (1948-2014) y Michi Panero (1951-2004) y sobrino del poeta Juan Panero (1908-1937), creció en el seno de una familia acomodada recibiendo educación en El Escorial y luego en Londres. Su espíritu rebelde y viajero lo llevó a deambular por diferentes países de América, dándole la oportunidad de conocer a grandes escritores como Octavio Paz, Jorge Luis Borges y Juan Rulfo entre otros. Su poesía completa (1968-1996) está recogida en un volumen de la editorial Tusquets y algunas de sus conferencias, en particular la que recoge su relación con Luis Cernuda, están incluidas bajo el título de «Páginas sobre cine y poesía» en el libro Después de tantos desencantos. Vida y obra poéticas de los Panero, de Federico Utrera (2008). Ha preparado además antologías de poetas como Leopoldo Panero, Pablo Neruda y Octavio Paz y ha reunido selecciones de Poesía colombiana (1880-1980) y Poesía mejicana contemporánea. Desde 1985 fijó su residencia en Torroella de Montgrí (Gerona), donde falleció en 2013.