
Tú, que amas un amor fantasma
y que das un nombre a la niebla,
a la ceniza de los sueños…
Tú, que te doblas sobre ti
misma como el sauce se dobla
sobre su sombra reflejada
en el agua… tú que te cierras
los brazos vacíos sobre el
pecho y murmuras la palabra
que no oye nadie, ven y enséñame
a horadar el silencio,
a encender, a quemar la soledad…
Dulce María Loynaz, poeta cubana (1902-1997), considerada una de las principales figuras de la lírica cubana y universal. Mereció el premio Miguel de Cervantes en 1992