
Sediento caminé por tu desierto
perdido en las arenas de tu duna
y sólo mi pasión guió tu luna
y sólo fue mi amor sincero, cierto.
Soy yo quien sigue vivo estando muerto
aquel que se sació con la oportuna
caricia que aun escueta fue fortuna
de mí por ir mi ruta hacia tu puerto.
Amé tanto de ti que ya no queda
siquiera en esta hogaza de centeno
migaja que alimente a quien se veda.
Amé tu desamor sin ver que el freno
pusiste al desamor en que se enreda
aquel que tanto amó y que hoy condeno.
del poemario «La pecera de los gatos»
Francisco Jesús Frías Luján (Defrijan), poeta nacido en 1958 en Enguídanos, Cuenca