
Rescatando palabras, pequeñas islas de lucidez o de ternura,
sonidos, sílabas, donde aún late un poco de vida.
Rescatando palabras, de las siglas y las consignas,
de los editoriales de los periódicos,
de los anuncios de radio y televisión,
de las voces muertas y embalsamadas en las pantallas,
de las programadas conversaciones de los ejecutivos
o de los tediosos discursos ministeriales,
de las arengas patrióticas, de los siniestros sermones.
Rescatando palabras para nada,
para cubrir, sin pena ni gloria, un papel en blanco,
una lápida, donde escribir el repetido epitafio.
Oficio condenado, terca miseria del poeta.
Pero a veces, muy pocas, compensan las palabras,
por ejemplo esta mañana, medio dormidos,
cuando sentía tu piel junto a mi piel,
la suave longitud de tus piernas,
el rastro de mis manos en tu sexo,
y los dos, en silencio, creamos un idioma.
Juan Luis Panero (Madrid, 1942-2013)