El pájaro que cantaba

Solius: mar de ramas
y zarzas del bosque
que suben del valle
a la montaña.

Solius despierta en grito,
sus valles y sus montañas
arden en llamas
que dan luz al bosque y calientan,
y su fuego no quema,
ni reduce a ceniza nada;
los búhos despiden la noche,
los perros, siempre descontentos,
ladran a la mañana,
los gorriones trenzan
sus primeras canciones,
las gaviotas, desafiando
el primer aire, a las nubes claman,
y las golondrinas pronto
ganan el cielo.
Pero nada me aturde más
esta mañana que una canción
que sale de unas zarzas,
y, por más que afino
mis oídos y escarbo
en el centro de mis entrañas,
no distingo su voz,
su temple y su habla,
y su voz llena mis oídos
y da paz a mi alma,
pero me crea inquietud
y desasosiego a medida
que se acerca la hora
de alejarme de las zarzas.

Entristecido bajo de la montaña
de no conocer el nombre
del pájaro que cantaba,
entonces caigo en la cuenta
que Moisés también oyó
una voz que salía de unas zarzas
que quemaban,
y tampoco sabía el nombre
de quien le hablaba,
pero su corazón se abrió
y confió en aquella voz
y de ella nació
un pueblo y un Dios.

— — —

Diego Sabiote Navarro nació en Macael (Almería) en 1944. Desde muy niño comenzó a trabajar en las canteras de su pueblo natal (de 10 a 19 años). Es Doctor en Filosofía por la Universidad Civil y la Universidad Pontificia de Salamanca y, por esta última, licenciado en Teología.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s