
Donde habite el olvido,
donde el amor, como el deseo,
no se carcoman
como cuchillas que vuelan en un enjambre
hacia otra presa maltrecha.
Donde la mente no se corrompa en un marchitarse imposible
allá, entre el paraje de las risas apagadas
donde sufren el destierro amores putrefactos
fundidos entre los barrotes de unas telarañas
apuñalados por un ángel deshecho.
Allá donde él habita
donde se resguarda el olvido
donde se consumen las rosas y los corazones
allá donde habite tu olvido y el mío quede preso en tu memoria
donde yo me consuma en la vergüenza y no me esclavice el miedo.
Donde pueda arrancarme sin dolor orejas y pupilas para no sentirte.
Donde pueda llorar sin corazón
vomitando las trizas de los restos con los que he amado entre sangre y
ceniza
de lo que pudo haberse prendido.
Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora,
en un banco de piedra consumido entre raíces,
allá, donde tu olvido esté, en un camino alejado en tu memoria,
donde el silencio me devore…
Miguel Serrano Martín. Nací en Barcelona el 13 de octubre de 2004, por lo que, obviamente, soy muy joven. No puedo situar el momento exacto en que comencé a interesarme por la poesía, en mi casa siempre ha habido muchos libros. Sí puedo asegurar que empecé a escribirla a partir de la lectura de Campos de Castilla, entusiasmado por el arte de Antonio Machado, de eso hace aproximadamente 3 años. Desde entonces no he dejado de escribir poesía ni de buscar nuevos autores que sacien mi curiosidad y mi amor por esta disciplina literaria, que no deja de crecer.
Este año iniciaré mis estudios de Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona.