
Es un coloquio
que me bebe;
no me orienta, me adentra,
responde a mi ceguera
y acaba perdonándome en su rostro.
Trae fortunas heredadas,
abrazos de otros, leyendas visibles,
invisibles, rectas de la muerte,
volutas del momento,
cántico rodado de hace mucho,
el verso.
Resbala del pelo a la garganta,
me hace tropezar de veras,
guiña su ojo
tiende el mar
y yo me tiento.
El verso es un ojo
pensado para ciegos,
para mí,
un caballo al fondo
volver a casa
y encender la lámpara del miedo,
del miedo o la pregunta.
Tanto
me estrecha la cintura,
se escapa de mis brazos,
me adentra en la campana del llanto,
de oros con llanto, del din don,
en la plegaria.
Y coge mi mano recién hecha
al vacío
y no me deja en paz
aunque lo mate.
El verso
puede con mi vida
sin pedirme permiso para la muerte.
Pureza Canelo (Moraleja, Cáceres, 1947) poeta y gestora cultural española, premiada con el premio Adonáis en 1970 por Lugar común. Su obra ha sido traducida al inglés y al alemán.