Obra de Alpay Efe
Ven, siéntate a mi lado
a ver que nos trae el silencio.
Si vas a entrar en mi vida no vengas de puntillas
a romperme el corazón; con el sufrimiento escribo
y cuando entre palabras se me cierren las heridas,
cuando follones de fiesta dentro de mí mismo
prendan la intención de los neones, la libertad,
y salga nuevo y aseado donde las farolas encienden
y el brillo relampaguea por las calles de mi ciudad,
cuando, por Dios, alguien se pare para entenderme.
Yo conversaré con el corazón del pecho roto, alma,
todo va bien (por dentro una hondura de pena mía)
quiero sentir el dulce amargor, la soledad en casa
la otra mitad de la cama que era tuya siendo mía,
y visitaré los lugares donde fuí tan feliz contigo,
sombra incitadora entre pilares de oscuro patio,
las guaridas de la montaña, la aldea, ah, el río,
luego pasaba a la lengua lo que fue de los labios.
Y mi palabra llamará para que sólo acudas tú
y el amor renazca de besos llenos de manos
de sobrantes palpitaciones, una cegadora luz
más amorosa y otra belleza con los años,
cuando se nos doblen los cuerpos y la sangre
no arda lo mismo, cuando el ímpetu es pasado,
una discordia de templanza que a poco se arde,
verdes árboles repletos de viento silbado.
Yo tengo canciones para tu voz, mi niña bonita,
y traigo mis huesos desnudos debajo del albornoz,
toma mi boca templada al borde de las caricias
¡benditos los llamados a enamorarse del amor!
rómpeme el alma, desde el ancho mirador del gesto
¡benditos los llamados a enamorarse y ser dos!
con el rígido silencio, sin olas, un poeta va escribiendo
y esto que ves es tu ausencia, sin herida no hay dolor.
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Luís Gómez Coca, poeta nacido en Huelva 1966
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