Tendríamos una casa

Tendríamos una casa,
árbol nacido del yermo.
Una losa colgada
en un ala del viento.
Una pared de loza
para abrigar el invierno.
Un tiesto donde florecerían
violetas para el mal tiempo.
Por puerta, aquella sonrisa
que te estrellan los dientes.
De lejos me llamarías
con un gritar contento.
Desharía mi pena
aquel reír que tienes,
ese hombro blanco
cojín de los pensamientos.
Tu brazo ligaría
tristeza y goce a la vez.

Jordi Pere Cerdà nació en Saillagouse (Pirineos Orientales, Francia) en 1920 y murió en Perpignan en 2011.

Traducción Carlos Vitale

TINDRÍEM UNA CASA

Tindríem una casa,
arbre nascut de l’erm.
Una llosa penjada
en una ala del vent.
Una paret de pisa
per abrigar l’hivern.
Un test on floririen
violes pel mal temps.
Per porta, aquel somriure
que t’estrellen les dents.
De lluny em cridaries
amb un cridar content.
Desfaria ma pena
aquell riure que tens,
aquella espatlla blanca
coixí dels pensaments.
El teu braç lligaria
tristesa i goig ensems.