Del amor cortés

I

Dos árboles y dos palmeras inician la crueldad de la noche
Prendo las lámparas de aceite
y te invito a cruzar el puente levadizo de la locura
Nos reciben bufones con caperuzas y cascabeles
juglares y trovadores inventan metáforas como requiebros
delirios que hacen transparentes mis enaguas
Yo estoy desnuda en el centro de esta agua nocturna
y tú eres hermoso
y comienza el festejo

II

Desde la techumbre almenada que brilla
un río de iridiscencias rumorosas nos envuelve
La noche es un solo resplandor de hojas y alabastros
La noche es un pifano arrebatado una música que no termina
Allí los perros persiguen a un caballero
disfrazado de lobo para alegrar a su dama
florecen tréboles de cuatro hojas
surtidores y aljibes con olor de malvas y rodaballos
Allí el banquete de volaterías la danza el vino como de ámbar
Aquí arde el verano y también yo pero en mi propia llama
ceremonia de consagración en el último resplandor del sueño
Tu mano borra lo que mi deseo manda
al tiro de la ballesta flecha
y entonces estocada.

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Soledad Álvarez (Santo Domingo,La Habana, Cuba. 1950), poeta y ensayista, Premio Nacional de Literatura de su país en 2022.

Vete de mí

A Minou Tavárez Mirabal

Tengo las manos tan deshechas de apretar
que ni te puedo sujetar.
Vete de mí.

HOMERO Y VIRGILIO EXPÓSITO

Otra herida en las manos
otra vez el cuchillo como el adiós

te sorprende.

Pasa por descuidar el filo
por no querer ver el presagio
en los ojos del pez muerto
en el bar las aristas del final.
Tonta, queriendo bordar el aire
te equivocaste de nuevo
y sangrarás te coserán la pena

dolerá.

Escóndele la sutura
que no vea la cicatriz de la infancia
la cicatriz de la noche suicida
del escorpión escondido
entre los tréboles de la fortuna
todas las batallas muertes vividas en las manos
por los dedos largos tendrías que haber
sido pianista —como quería la abuela—
esposa con el anillo de la paciencia
en el anular —como quería la madre—
y no llegaste ni siquiera al ornamento
a entretejer la corona pintarte las uñas

de rosa ilusión

ahora cómo mostrarlas rotas
cómo extender en la mesa las manos de mendiga
tan deshechas de apretar
no podrían sujetar al que se va:
escriban la herida en el poema.

del poemario «Después de tanto arder»

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Soledad Álvarez (Santo Domingo,La Habana, Cuba. 1950), poeta y ensayista, Premio Nacional de Literatura de su país en 2022.

Pasaje de sueño

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óleo de Philipp Weber

Al atardecer me llevan al templo
Estoy viva y vestida con traje de reina de muerte
Con flores que arrastro por entre blancos
procesionales muros donde el sol y los pájaros
llegan desde mil años
Tengo miedo de perderme
Tengo miedo de olvidar
Supliciada de mí escribo sobre las piedras
¿Por qué mi nombre de mujer sola?
Debía cerrar los ojos y callar
La soledad es el silencio
tan cerca de mí
tan leve afinidad corpórea
¿Pero quién calla?
En vano me sumerjo en las honduras del discernimiento
Desde todos los caminos piden hablar por mis palabras
Vértice y festín
Mis palabras crecen duelen conjuran
Voracidad del todo por el todo
¿Puede el miedo de la vida resirtir el llamamiento
de la vida?

Lo que veo y oigo no cambia este designio
La soledad es ausentarme de los nombres que amo
Nombres insomnes y hermosos
Ardan
En el silencio.

Soledad Álvarez, nació en Santo Domingo, el 12 de noviembre de 1950. Estudió Filología, con especialidad en Literatura Hispanoamericana, en La Habana, Cuba. Trabajó junto a Manuel Rueda en el suplemento cultural «Isla Abierta», del periódico Hoy. Es autora de De tierra morena vengo (1986) y Vuelo posible (1994) uno de los libros de poesía más originales publicados en la República Dominicana durante los útimos treinta años. También ha publicado La magna patria de Pedro Henríquez Ureña (1980), Ponencias del Congreso Crítico de Literatura Dominicana (1994) y Complicidades (1998)

Declaración

foto mujer Zack Arias
Fotografía realizada por Zack Arias

Juro vivir mi vida
sin treguas
armada hasta la muerte
sin aflicciones ni miserias
con mis culpas y derrotas bien lavaditas
y aireadas vivir
sin torturadores o con ellos
pero sin pie para la traición
sin santos ni sobornos
sin traidores o con ellos
pero sin pie para la traición
vivir amor
aunque me rompa el alma
pasajera de desastres
ventrilocua de lo indecible
contrabandista de valijas rotas
de amores y contramores
aunque me toque la muerte
aunque me claven las uñas
vivir con lentitud o con demencia
con la luz o sus negruras
ahora y después
hasta ganar la batalla.

Soledad Álvarez, nació en Santo Domingo, el 12 de noviembre de 1950. Estudió Filología, con especialidad en Literatura Hispanoamericana, en La Habana, Cuba. Trabajó junto a Manuel Rueda en el suplemento cultural «Isla Abierta», del periódico Hoy. Es autora de De tierra morena vengo (1986) y Vuelo posible (1994) uno de los libros de poesía más originales publicados en la República Dominicana durante los útimos treinta años. También ha publicado La magna patria de Pedro Henríquez Ureña (1980), Ponencias del Congreso Crítico de Literatura Dominicana (1994) y Complicidades (1998)

Poema

the-serpent-lake-by-christian-schloe
«The serpent lake» de Christian Schloe

He tocado la muerte y era perfecta
Distante como todo lo distante
Cercana como todo lo que llega
dulcísima entregándose la espléndida
me dice muy despacio
–su voz es como lumbre
alumbrándole el filo a las palabras–
para qué la furia el odio
tanta ávida luz para tanta claridad
si bastaría con mirarse las cenizas
rodar tiempo arriba o tiempo abajo
por la lisura circular de las cosas
hasta perder lo que tuve
y no
breve lacerada ebriedad de los sentidos
la vida y su abismo desordenado
arrastrándome por asilos y cárceles exactamente iguales
por ceremonias que envejecen y se pudren y espantan
Mejor me arranco el corazón y lo tiro como moneda
Mejor me tiendo como todo lo infinito
igual a la tierra
con lo único que amé
la palabra cobijándome y la noche y el árbol
perfecta
hasta resplandecer de pura nada

Soledad Álvarez, nació en Santo Domingo, el 12 de noviembre de 1950. Estudió Filología, con especialidad en Literatura Hispanoamericana, en La Habana, Cuba. Trabajó junto a Manuel Rueda en el suplemento cultural «Isla Abierta», del periódico Hoy. Es autora de De tierra morena vengo (1986) y Vuelo posible (1994) uno de los libros de poesía más originales publicados en la República Dominicana durante los útimos treinta años. También ha publicado La magna patria de Pedro Henríquez Ureña (1980), Ponencias del Congreso Crítico de Literatura Dominicana (1994) y Complicidades (1998)

Momento

richard johnson
obra de Richard Johnson, artista estadounidense

Duele el gozo que propones
de quedarme quieta
sin respiros ni suspiros
sin delicias de desnudo
sufrirte llama cuando me quemas
pero qué alivio cuando me haces
agüita de yerbabuena
en el justo momento que tus manos
caen sobre mis senos
y se escapan buganvillas
y flamboyanes
relojes de mares y no de arena
turbados camafeos familiares
augurios y ceremonias
los mil y un nombres ilustres
que le han dado a esta franca unión
de cuerpo a cuerpo
de alma a cuerpo
de labio
que dolería más si resistiera
el dócil camino que le señalas.
Quedarme presa en esta furia
quiebra de todos los rompientes
presos en este prendiapaga
en el compás de la danza antiquísima
que seguimos
hasta la redondez de su misterio.

Soledad Álvarez, nació en Santo Domingo, el 12 de noviembre de 1950. Estudió Filología, con especialidad en Literatura Hispanoamericana, en La Habana, Cuba. Trabajó junto a Manuel Rueda en el suplemento cultural «Isla Abierta», del periódico Hoy. Es autora de De tierra morena vengo (1986) y Vuelo posible (1994) uno de los libros de poesía más originales publicados en la República Dominicana durante los útimos treinta años. También ha publicado La magna patria de Pedro Henríquez Ureña (1980), Ponencias del Congreso Crítico de Literatura Dominicana (1994) y Complicidades (1998)

Cirquense

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De todos mis oficios prefiero este:
volatinera en el vacío
un millón de luces en mi cuerpo
un incendio sin llamas ni cenizas
de reflectores muertos
y hay un suspenso de redobles
porque he tocado con mi pie la cuerda.

Hilo desnudo para pie desnudo y tembloroso
alto puente único
entre este lado y la otra orilla que me espera.
Sin el antifaz atroz
sola yo
en esta carpa que enciendo con mis ojos
que encandilo con mis manos
que apaciguo
en este momento en que todos me esperan
allá abajo.

Pero, yo volatinera en el vacío
del mundo-muerte
inevitablemente
caigo
hacia arriba.

 

Soledad Álvarez, nació en Santo Domingo, el 12 de noviembre de 1950. Estudió Filología, con especialidad en Literatura Hispanoamericana, en La Habana, Cuba. Trabajó junto a Manuel Rueda en el suplemento cultural «Isla Abierta», del periódico Hoy. Es autora de De tierra morena vengo (1986) y Vuelo posible (1994) uno de los libros de poesía más originales publicados en la República Dominicana durante los útimos treinta años. También ha publicado La magna patria de Pedro Henríquez Ureña (1980), Ponencias del Congreso Crítico de Literatura Dominicana (1994) y Complicidades (1998)