Vacilaciones

Obra de Vicente Romero Redondo

Cariñosa me aconsejas
que yo procure imitarte;
no sabes, al alejarte,
en qué honda lucha me dejas.

Con mis propios pensamientos,
batallo conmigo, a solas,
como batallan las olas
agitada por los vientos.

Porque existen en mi alma
dos tendencias, de tal suerte,
que sólo dando a una la muerte
será de la otra la palma.

De seguir en pos de ti
una es deseo anhelante;
otra, una duda constante;
que duda siempre, de mi.

Cuando tu labio indulgent
ealimenta mi esperanza,
mi deseo dice: “avanza”,
dicen mis dudas:”detente”.

Tanto de mi desconfío
que hay veces que, si pudiera,
las palabras recogiera
que pronunció labio mío.

Y me canso de lidiar
con las sombras de mi mente:
para pensar soy valiente,
cobarde al ejecutar.

¿Por qué da mi mente asilo
a ese fantasma risueño?
Si no soy…¿Por qué sueño?
Si algo soy…¿Por qué vacilo?

Un mundo de pensamiento
sen mi cerebro luchando;
millares de ideas, buscando
nunca encontrados acentos;

Pensamientos de grandeza
que en estrecha cárcel vagan,
y que oscilan y se apagan
sin salir de una cabeza:

Un profundo desaliento,
anhelar mucho, ser nada;
he aquí mi historia ignorada,
esto soy yo, y esto siento

Rafaela María de la Concepción de la Trinidad Estevarena Gallardo (Sevilla, 10 de enero de 1854-Jaca, provincia de Huesca, 11 de septiembre de 1876) fue una poeta romántica también conocida como Concepción de Estevarena. Su corta vida (22 años) estuvo marcada por la fatalidad. Huérfana de madre antes de los dos años, y de padre a los 21 años (1875), contrajo la enfermedad de tuberculosis que le llevaría a la tumba.

Entró por la ventana de mi cuarto

obra de Richard S. Johnson

Entró por la ventana de mi cuarto,
estaba a un paso de la Primavera;
libros y sueños, todo se llenaba
con el rubio dulcísimo de sus oros vencidos,
y se quedó sobre el poema
a medio componer, como el más puro,
musical de mis versos…

Llené mis manos de sus fuentes,
de sus brisas con árboles y ríos,
de sus pequeñas flores, de su melancolía,
de su pesada lluvia de campanas
por donde andaba en castidad primera
el blanco Arcángel, anunciando auroras…
Era el instante que se nos escapa
de la helada pupila de la esfera;
ese minuto en que nos olvidamos
del “mañana” con luchas y saludos.
Entonces me abrazaba a tu recuerdo,
abría el atlas de mis ilusiones,
y me llegabas tú por la nostalgia
con el breve latido de la estrella…

(Del libro Pasan hombres oscuros)

Julio Mariscal Montes (Arcos de la Frontera, Cádiz; 1922 – 1977), en 1949 forma parte del grupo poético Alcaraván, del que está considerado como el más valioso exponente, formó parte de la llamada “Generación de los cincuenta”, junto a Caballero Bonald, Fernando Quiñones, Ángel González, Claudio Rodríguez, Gil de Biedma y otros. Fue colaborador o fundador de las revistas, Alcaraván, Platero, Arquero de Poesía, Alcántara, Ágora, La isla de los ratones, Caracola, Cal, Caleta, Capitel, Alor, Ixbilian, El gorrión, Torre Tavira, Alfox, El Cobaya, Rocamador, Anaconda, Bahía, Floresta de varia poesía La Venencia, Liza, Arcilla y Pájaro, Litoral, Güadalquivir, Álamo, Aljibe, Pliego, Pleamar, Madrigal, Llanura, Cumbres, Atzavara, La luna negra, Última poesía religiosa, Punta Europa, Estafeta literaria y varias hispano-americanas.

Mientras allí en el claro

Apunte de Miguel Elías

Mientras allí en el claro

se detiene el perfume de las rosas,
el envanecido murmullo
de los pájaros,
aquí, en mis adentros,
arrecia la tormenta
y con furia cabalgan
negrura y sombra,
me dejan el
negro y baldío desvelo,
los dañados bordes
de un corazón casi vencido,
las detenidas horas
en las que mi otro cuerpo
se perdiera.


Natividad Gómez Bautista, nacida en Salamanca. Pertenece al grupo poetico musical SonLetras y es socia del Ateneo de Salamanca. Tiene poemas publicados en revistas y antologias conjuntas y el libro de microrrelatos «Imposturas mínimas» publicado por Amaru.

Sobre el disfraz de tus ojos

acuarela de Erica dal Maso

Nadie ocultaba el dolor como el disfraz de tus ojos.
Nadie pintaba las muecas de una sonrisa,
las muecas de unas mejillas enrojecidas, como el antifaz de tus pupilas.

Mientras tanto, yo lo sabía.
cuando me preguntabas, o a mí dirigías tus palabras
yo te observaba callado.
Nunca me atreví a rebuscar en tu iris partido,
ni en tus párpados vencidos por la cicatriz del llanto,
o la bruma que se abandona al morir la lágrima perdida.

Nadie guardaba el dolor como el disfraz tus actos,
eras como un árbol enfermizo, que suplicaba el tacto,
que imploraba el agua, que estaba falto de riego, cuyas hojas
el mal tiempo había desbrozado, secado, ¡Despojado!
Me implorabas mirando, yo ignoré tus facciones
te perdiste en el aire, y no te guardé en mis manos.

Nuestro era un retoño de sueño y de aire,
que no por ser más hubiera detenido el llanto.
Pero yo te habría devuelto las hojas amor,
tus ramas yo habría cuidado.
Tú me decías, “espérame”, no acudí nunca a tu imploro,
tú te perdiste en el aire, sobre el puñal de mis manos.

Y nuestro era un retoño de sueño y de aire,
que no por ser más hubiera detenido el llanto.
Pero yo te habría devuelto las hojas amor,
tus ramas yo habría cuidado.
Tú me decías, “espérame”, no acudí nunca a tu imploro,
tú te perdiste en el aire, sobre el puñal de mis manos.
Nadie, nadie se ha desgañitado tanto, con el lacrimal desesperado.
Nadie ha guardado el dolor con la trampa enfermiza del silencio,
Nadie jamás ha callado tanto,
Nadie ha guardado el llanto, como el disfraz de tus ojos…

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Miguel Serrano Martín. Nací en Barcelona el 13 de octubre de 2004, por lo que, obviamente, soy muy joven. No puedo situar el momento exacto en que comencé a interesarme por la poesía, en mi casa siempre ha habido muchos libros. Sí puedo asegurar que empecé a escribirla a partir de la lectura de Campos de Castilla, entusiasmado por el arte de Antonio Machado, desde entonces no he dejado de escribir poesía ni de buscar nuevos autores que sacien mi curiosidad y mi amor por esta disciplina literaria, que no deja de crecer.

Enigma

obra de Marie-Hélène Colard

Con todos los rumores que, mezclados,
suben a lo infinito,
ha querido formar el hombre, ansioso,
de libertad el sacrosanto himno.
Notas, murmullos, huracanes, risas,
palabras y suspiros,
nada es bastante; el himno deseado
siempre incompleto resonó en mi oído.
Mientras me lleve por el mar del mundo
la nave del martirio,
no espero ya escucharlo; falta un eco
universal, espléndido y divino.
Tal vez la eternidad es solamente
quien guarda ese sonido,
y el velo de la muerte cubre el arpa
donde resuena el suspirado himno.

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Rafaela María de la Concepción de la Trinidad Estevarena Gallardo (Sevilla, 10 de enero de 1854-Jaca, provincia de Huesca, 11 de septiembre de 1876) fue una poeta romántica también conocida como Concepción de Estevarena. Su corta vida (22 años) estuvo marcada por la fatalidad. Huérfana de madre antes de los dos años, y de padre a los 21 años (1875), contrajo la enfermedad de tuberculosis que le llevaría a la tumba.

Ya el alba con tu ausencia

obra de Arthur Hacker

Ya el alba con tu ausencia;
no, no era así la rosa, no tenía
esa dulce tristeza la mañana
tan ancha, tan inmóvil, tan redonda,
tan niña casi por la enredadera…

Se llenaba el silencio de ruidos inefables,
la cucharilla
que agitaba el café, los hortelanos

-borriquillo y pregón – o la salmodia
de los primeros pasos por la acera…
Tan vacío de ti, me deshojaba
la frente en el cristal, ya pensativo
el corazón y arcángeles de niebla
surcando en cielo abierto a tu recuerdo.

Y entonces me decía: pero este mismo río,
este rayo de sol, esta hermosura
va también en sus ojos, los estará estrenando
con sus ojos aún huéspedes del sueño…
Y era como si Dios se reposara
de pronto sobre el huerto y el camino;
como si al enlazarnos la mirada
este cielo, este aire, esta gloria de pinos
tendiera entre los dos una maravillosa
bamba de plenitudes
donde se columpiaba la belleza.

(Del libro Pasan hombres oscuros)

Julio Mariscal Montes (Arcos de la Frontera, Cádiz; 1922 – 1977), en 1949 forma parte del grupo poético Alcaraván, del que está considerado como el más valioso exponente, formó parte de la llamada “Generación de los cincuenta”, junto a Caballero Bonald, Fernando Quiñones, Ángel González, Claudio Rodríguez, Gil de Biedma y otros. Fue colaborador o fundador de las revistas, Alcaraván, Platero, Arquero de Poesía, Alcántara, Ágora, La isla de los ratones, Caracola, Cal, Caleta, Capitel, Alor, Ixbilian, El gorrión, Torre Tavira, Alfox, El Cobaya, Rocamador, Anaconda, Bahía, Floresta de varia poesía La Venencia, Liza, Arcilla y Pájaro, Litoral, Güadalquivir, Álamo, Aljibe, Pliego, Pleamar, Madrigal, Llanura, Cumbres, Atzavara, La luna negra, Última poesía religiosa, Punta Europa, Estafeta literaria y varias hispano-americanas.

Desmayo de la tarde hacia el poniente

obra de Vicente Romero

Desmayo de la tarde hacia el poniente,
paso a paso la sombra descendiendo,
quebrada ya la brisa, oscureciendo,
cipreses en el agua de la fuente.

Un temblor de la hierba que se siente
herida soledad, siempre sufriendo
sin flor ni aroma, apenas si creciendo
socorrida de amor por la corriente.

Pequeña alondra que en el chopo canta
acunando la tibieza sobre el trigo
ajena a la alegría que levanta.

Del monte anochecido se adelanta
este olor a mastranzo que persigo
para verde collar de mi garganta.

(De Sonetos del alba, 1991)

Mariluz Escribano (Granada, 1935 -2019). Profesora, poeta y narradora española. Encuadrada en la Generación del 60, está considerada como la gran poeta del perdón y la memoria siguiendo la estela de Antonio Machado.

Tuya es mi voz y el hueco de mi mano

obra de Vicente Romero

Tuya es mi voz y el hueco de mi mano,
mi cálida sonrisa intrascendente,
los suspiros que van, sencillamente,
de mi aliento a tu aliento tan lejano.

Nada vive en mi sangre tan cercano
como tu corazón. Serenamente
creces en mí, y en mí como simiente
te guardaré mañana. Y será en vano

que la tarde me llame a la tristeza,
con sus dorados tonos otoñales
porque te tengo a ti por centinela.

Y es tanta la ternura y la tibieza
que derraman tu gesto y tus modales
que tu sola existencia me consuela.

(De Sonetos del alba, 1991)

Mariluz Escribano (Granada, 1935 -2019). Profesora, poeta y narradora española. Encuadrada en la Generación del 60, está considerada como la gran poeta del perdón y la memoria siguiendo la estela de Antonio Machado.

Sobre el primer verdor

apunte de Miguel Elías

Sobre el primer verdor,
flor breve
entre las breves,
por tu paisaje soleado
trazo mi sombra,
mi perfil enrarecido.

Silente hexámera
destilo el oxido
de tanta herida
sobre la ambarina
y fosilizada resina
que me ofreces.

Sobre la quietud del aire
dentro de ti,
dentro de mí,
como un espectro
eternamente en fuga,
la belleza.


Natividad Gómez Bautista, nacida en Salamanca. Pertenece al grupo poetico musical SonLetras y es socia del Ateneo de Salamanca. Tiene poemas publicados en revistas y antologias conjuntas y el libro de microrrelatos «Imposturas mínimas» publicado por Amaru.

Sin saber del cansancio de mi boca…

Sin saber del cansancio de mi boca,
me sangran amapolas en los labios,
me sangran y me acercan a la mística del sagrario,
al incendiario arrebol de su savia reseca.

Ya se me apresuran las estelas violáceas
de todos mis desiertos,
ya se me afierran los táctiles recuerdos
a la noble mansedumbre de las sombras.

Ya me sangran amapolas en los labios
y espejismos, trasparencias,
ríos de sangre debilitada se abren desde el rocío
hasta esta amargura seca que es mi boca.

Ya busco el atajo que abrevie mi destino,
las afueras desde donde divisar
el imposible escorzo de mi espalda,
la intacta voracidad con que me mastico.

Busco el Ángel que me aguarda
o el céfiro que me expulse del Paraíso.

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Natividad Gómez Bautista, nacida en Salamanca. Pertenece al grupo poetico musical SonLetras y es socia del Ateneo de Salamanca. Tiene poemas publicados en revistas y antologias conjuntas y el libro de microrrelatos «Imposturas mínimas» publicado por Amaru.