Quiromancia

1.

Nunca nací más bien mi cuerpo
hizo acto de presencia
dejé que cada silencio
anidara un hueco en la boca
enjaulé la posibilidad de decir te quiero.
Cuando habité la tierra
en el piso se formó una grieta
olvidé cómo caminar
con la cabeza en alto.

2.

Quisiera ser dueña del tiempo
inventar un futuro en el que mi voz
es el origen de todas las cosas
y no este cuerpo a punto de desaparecer.

3.

Miro mis manos llenas de misterio
la línea de la vida está rota
no seré yo quien sobreviva.

4.

A ti la poesía te devolvió la fe
a mí nada pudo salvarme.

5.

No soy más que la llaga
en que nace la muerte
la sangre que incendia
gruñe, galopa
la perra con sarna
que se queda quieta
en una habitación.

6.

Nunca terminé de llenar ningún hueco.

7.

¿Sientes la rabia con la que me tiro al suelo?
Me duele este cuerpo que no asumo
la mujer que no soy
el animal marchito en el pecho
que a su vez es lo último que me habita
¿Cuánto tiempo pasará
hasta que alguien venga
y me tome de la mano?

8.

La vida que sembré se ahoga
en una cubeta con agua sucia
regreso a la impureza que me fue dada.


Anadela Ramírez (Coahuila, 2000) Estudió Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Coahuila. Algunos de sus textos han sido publicados en las revistas digitales Campos de plumas, Monolito y Periódico Poético, así como en el blog de difusión Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas. Forma parte del segundo volumen de Novísimas: Reunión de poetas mexicanas (Los Libros del Perro, 2021). Fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas y la Universidad Veracruzana en el Décimo Cuarto Curso de Creación Literaria Para Jóvenes Xalapa 2022.

Ese origen sobre todos mis estados de ánimo

Obra de Vittorio Dangelico

I

Fuerte y extraña es
la voz ancestral
de mi propia ruina.
Cuando me siento loca y privada
la entierro
en una parte indefinida del cuerpo
para resucitar la herida inmóvil
que algún día me hizo sentir viva,
con los sentidos en llamas,
con la piel enrojecida
de tanto andar a gatas
por el cuarto.

II

Así me sé de memoria:
mujer que flota
sobre las declividades del nerviosismo y la depresión,
sobre el vacío de seres y cosas irreconocibles,
sobre la memoria perdida de objetos inertes
que sólo ven al mundo
bajo la daga existente del olvido.

III

Entonces estoy a solas
descifrando el sustantivo
que tantas veces me hizo vomitar
los restos de una caricia en la azotea,
los besos de un hombre sin rostro,
el dolor entre las piernas.
Sin saber por qué un gato negro
duerme de día en mi ventana
y me ve detenidamente,
y me reconoce.
¿Cómo devolverle el gesto
a la séptima encarnación
de mi propia vida?

VI

Cada noche veo mi aliento diluirse
en un retrete con olor a náusea y sufrimiento.

VII

Mis pies
jamás han de tocar
la nieve fresca en un sueño.

VIII

Allá afuera los perros ladran
invocan mi nombre con la lengua partida,
usan su olfato para llegar a mí.
Saben que esta vida avanza
alrededor de un destello marchito.

IX

¿Dónde está eso que llena
la profundidad que siento?

X

Mi cuerpo se ha convertido
en un animal hambriento,
en un pobre perro abandonado
que esconde la cabeza
entre los escombros.

XI

La aproximación
de mi cuerpo y el dolor
aviva en el aire un calor intenso.

XII

Cuando me pasee por mis recuerdos
moriré.

XIII

Fui
una mujer rota
que no conoció nunca
el placer.

Anadela Ramírez (Coahuila, 2000) Estudió Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Coahuila. Algunos de sus textos han sido publicados en las revistas digitales Campos de plumas, Monolito y Periódico Poético, así como en el blog de difusión Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas. Forma parte del segundo volumen de Novísimas: Reunión de poetas mexicanas (Los Libros del Perro, 2021). Fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas y la Universidad Veracruzana en el Décimo Cuarto Curso de Creación Literaria Para Jóvenes Xalapa 2022.