Atardece el verano, palidece la luz
Que ayer era dorada.
El corazón del verano difunto
Cae entre las últimas hojas
Que agonizan en remolinos
De viento norte.
Veo llegar las primeras sombras
Agrisando el cielo en mi ventana.
La sepia crepuscular de los cipreses
Me tiñe de dorado la memoria,
Enciende la hoguera del recuerdo
En la trémula piel abandonada.
Todo se va de mí, el beso,
La mano, la boca.
Queda el llanto deshabitado,
La soledad pegada
A mi espalda.
Mis pasos desandan la tristeza.
En la ventana
Los pájaros han muerto
Y desciende la niebla.
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Nacida en Punta Alta (Argentina) y residente en Salamanca, Annie Altamirano es profesora de inglés y autora de libros de enseñanza. En su avidez lectora ‘desde siempre’ está el origen de su escritura de relatos y poesía. Ha publicado poemas y cuentos en diversas antologías. Fue ganadora del concurso ‘III Día Internacional de la Poesía de Segovia’.