«Me gustaría que muriéramos juntos», me decías, y yo
me reía: «¿Te parece normal que viva siete años menos
que tú?». Pero tú me contestabas serio: «¿Cómo podríamos encontrarnos si no en la eternidad?». Y tu lógica era
tan convincente que aceptaba, medio en broma, que sería
bueno morir a la vez.
Ahora me pregunto también, con tu seriedad de
entonces, cómo nos vamos a poder encontrar alguna vez,
dónde y cómo podría buscarte en el más allá. La única
posibilidad sería que me esperases en la frontera, pero no
puedo decirte cuándo y no estoy segura de que te dejaran
quedarte sin fecha de vuelta allí.
Lo más probable es que, durante una eternidad, nos
busquemos el uno al otro en el caos, así como nos buscamos
en la tierra hasta que tuvimos la suerte de encontrarnos.
Ana Blandiana (Timișoara, Rumanía, 1942) es, sin duda, una de las poetas más relevantes de las letras europeas. En su vasta obra poética destacan títulos como Octubre, noviembre, diciembre (1972), El sol del más allá (2000), El reflujo de los sentidos (2004) y Mi patria A4 (2010). Blandiana concibe la literatura como una forma de testimonio y de resistencia ante el terror de la historia. Su poética, intimista y de sencillez expresiva, contiene una gran carga filosófica y está enraizada en el sentimiento trágico de la existencia.