Una cara, un rumor, un fiel instante

pintura_al_oleo_renso_castaneda_72
pintura al óleo de Renso Castaneda

Una cara, un rumor, un fiel instante
ensordecen de pronto lo que miro
y por primera vez entonces vivo
el tiempo que ha quedado ya distante.

Es como un lento y perezoso amante
que siempre llega tarde el tiempo mío,
y por lluvia o dorado y suave hastío
suma nocturnos lilas deslumbrantes.

Y me devuelve una mansión callada,
parejas de suavísimos danzantes,
los dedos artesanos del abismo.

Y me contemplo ciega y extasiada
a la mágica luz interrogante
de un sonido que es otro y que es el mismo.

Fina García Marruz, poeta cubana nacida en 1923-2022, ensayista, investigadora y crítica literaria. Fue premiada en reiteradas ocasiones; entre algunos de los galardones más importantes pueden mencionarse el Pablo Neruda en el 2007, el Nacional de Literatura en 1990 y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en el 2011.

Avergonzada

lactante

«Pensé que estaba bien
Podía entender sus razones
Me dijeron: ‘Es posible que haya un hombre o un niño nervioso mirando»
este pequeño pedazo de carne que no se estaban esperando
así que susurré y me moví de puntillas con discreción nerviosa.
Pero después de seis meses de su vida sentada en tapas de inodoro
mientras ella bebe a sorbos mi leche, su nariz oliendo orina
yo tratando de no golpear su cabeza con el dispensador de papel higiénico
Me pregunto si estas comidas en baños públicos la ofenden.
Porque me estoy cansando de la discreción y de ser ‘educada’
cuando los primeros sorbos de mi bebé están ahogados y empapados en mierda.
Pasé los primeros meses de alimentación de su hermosa vida
Sintiéndome nerviosa, torpe y con ganas de hacerlo todo bien
Rodeada de mi familia hasta que salí de la casa
Me tomó ocho semanas obtener la confianza necesaria para ir a la ciudad
Ahora, los comentarios que me rodean cortan como un cuchillo
Me apuro a esconderme en cubículos, sintiéndome nada bien
por que le doy leche que no es de una botella
Deseando derribar a la generación de polvo blanco de cocaína
Veo argumentos de venta piramidal en nuestro globo verde
y a los pechos femeninos prohibidos. A menos que estén fuera sólo para mostrarlos
Y cuanto más salgo, menos puedo soportarlo,
Camino a la ciudad me siento rodeada de bandidos
Porque en este país de vallas atestadas de ‘tetas’
revistas y quioscos de prensa ‘familiar’ llenos de ellas
estantes superiores en librerías para los hombres.
¿Por qué no se quejan de esas, entonces?

Yo me estoy avergonzando de que un pequeño borde de carne pueda ofender
No estoy tratando exhibirme, no quiero hacer un show
Pero cuando me dicen que sería mejor que simplemente me quedara en casa
Y cuando una mujer que conozco la arrojan de un autobús
Y a otra le piden que se salga de un bar
Incluso mi abuela dice que quizás lo estaba sexualizando
Y estoy segura de que a los fabricantes de leche les encanta todo el alboroto
Toda la preocupación y el estrés y la caras de disgusto
mientras otra madre cambia de pezones al polvo
Avergonzada o incómoda por los comentarios a su alrededor
Yo mantengo la cabeza en alto, me tapo con mi saco
mientras ella da sorbos del licor hecho por el Dios de todos,
y pienso por Dios, Jesús lo tomó!
Lo mismo hicieron Sidhartha, Mahoma y Moisés y sus padres
Ganesh y Shiva y Brighid y Buda y estoy segura de que no lo hacían oliendo orina
mientras sus madres se sentaban avergonzadas en tapa frías de inodoro
En un país de vallas atestadas de ‘tetas’
En un país de tops, escotes y piel
En un país de bolsas de tela y contenedores de reciclaje
y mientras trato desesperadamente de internalizarlo todo,
levanto su cabeza
pero la mía no puede entenderlo
La ira hacia nosotras y no a los sonidos
de los camiones descargando leche de fórmula
en países donde el agua corre en la inmundicia
En ciudades donde los senos son oasis de vida
Ahora secados por ‘regalos’ y muestras, persuadidas por etiquetas y logotipos de los derechos de patrón de oro
alegando que la leche materna es más saludable en polvo y blanca
empaquetada, hecha marca y vendida a un precio, por lo que nada en gratis en este vida movida por la plata
y está bien,
Si usted la necesita o la prefiere y puede usar botellas, donde el agua es limpia y hervidas las bacterias,
pero en las ciudades donde se ahogan en la contaminación y las aguas residuales
niños alimentados con botellas mueren y las compañías lo saben
En familias en las que las monedas se custodian como dulces
Estamos pagando por la única cosa que siempre ha sido GRATIS
En ciudades sin camas de hospitales
bebés mueren por diarreas que la leche materna terminaría
Así que no más voy a sentarme en estas tapas frías de inodoros
No importa cuán avergonzada me siento si ella mama.
Porque en este país de vallas cubiertas de ‘tetas’
Creo que deberíamos tratar de acostumbrarnos a estas.»

Poema de Hollie Poesía ( Hollie Mcnish), poeta británica

La primera vez que la poeta inglesa Hollie McNish salió de su casa sola con su bebé y la alimentó en público alguien le dijo que mejor se fuera a su casa, durante 6 meses ella se escondía para amamantar cuando estaba en la calle sin su esposo o su familia y escribió este poema después de que su bebe de 6 meses se quedara dormida tras amamantarla en un baño público. En muchos lugares del mundo es frecuente que a mujeres que amamantan se les pida que se tapen, que se vayan a un baño y muchos otros tipos de discriminación. El poema no es solo pertinente por el empoderamiento que supone que una madre amamante a su bebé donde sea cuando sea por el tiempo que quiera sino también como crítica a las compañías fabricantes de leche artificial y sus continuos esfuerzos por mercadear su producto como una mejor alterativa e incluso tan absurdo como la solicitud de Nestlé de patentar componentes de la leche materna.